Hace a penas una semana terminó la segunda temporada de Looking y nosotros nunca hemos hablado de esta magnífica serie de la HBO. Así que el momento ha llegado. Looking trata sobre la vida de tres amigos gays que viven, trabajan y evolucionan en San Francisco. Suelen etiquetarla como la versión homosexual de Girls, pues es el mismo tipo de humor, pero en realidad no se reduce simplemente a eso. Lo único que Looking y Girls tienen en común es la amistad, personajes que no son triunfadores y el crecimiento personal de éstos. Pero Looking no tiene el problema de madurez que tienen las protagonistas de Girls; va una generación por delante, pues son gente de 30 y 40 años.
El personaje principal de esta serie es Patrick (Jonathan Groff), un diseñador de videojuegos que está obsesionado con buscar al amor de su vida…y es malísimo en ello (al tema del amor me refiero). Sus dos mejores amigos son Agustín (Frankie J.Alvarez) y Dom (Murray Bartlett). Agustín es un intento de artista cubano y un cabeza loca, mientras Dom es el mayor de los tres y un emprendedor con las cosas muy claras. Todos ellos hacen un triángulo amistoso perfecto, que se complementa con sus virtudes y sus defectos. Otro personaje que a mi me gusta aunque no es tan importante como éstos es Doris (Lauren Weedman), compañera de piso y amiga de toda la vida de Dom, y la única protagonista heterosexual de la serie. Está muy loca y no para de decir tacos.
A pesar de que los protagonistas tengan una única tendencia sexual, Looking es un espejo en el que mirarse tanto si eres homosexual como si eres heterosexual. Aprendemos de los errores y las buenas y malas decisiones de nuestros personajes, del mismo modo que nos enganchan sus relaciones sentimentales entre ellos y con otros personajes.
Hasta aquí llega mi resumen y alabanza de Looking, que recomiendo encarecidamente. Ahora toca hablar de estas dos temporadas que ha emitido. Dejadme enseñaros los dos trailers.
¡ALERTA SPOILER PRIMERA TEMPORADA!
La primera temporada de Looking nos sirvió para conocer la punta del iceberg que eran los personajes, que se nos han abierto como rosas en esta segunda temporada. Sobretodo por lo que se refiere a los personajes que no son Patrick, que ya estaba bastante definido en la primera entrega de la serie. En la primera temporada se nos presentan todos los personajes y sus conflictos, pero sobretodo nos sirve para ver qué visión tiene del mundo Patrick (un poco edulcorada y ridícula) y cómo intenta desenvolverse en el terreno de las relaciones, tan poco explorado por él. Y nos presentan a Richie (Raúl Castillo) y Kevin (Russell Tovey), que conforman el triángulo amoroso que nos traerá de cabeza (a Patrick y a nosotros). ¿Kevin o Richie? Para Richie, Patrick lo es todo. Se entrega por completo y es el mejor de los tipos, pero…para Patrick eso no es suficiente. Y en el fondo lo sabe, y nosotros también se lo notamos. Richie no es un personaje carismático y Patrick quiere quererlo pero no tiene la pasión que dan las complicaciones. Kevin, en cambio, sí que tiene todas esas complicaciones (¡y más!). Hay una escena en la que Kevin y Patrick se quedan trabajando hasta tarde, y Kevin le propone a Patrick pedir pollo frito para cenar, pues el novio de éste no le deja comer ese tipo de cosas en casa. En ese momento tanto Patrick como nosotros nos dimos cuenta de una cosa; Patrick siempre sería el pollo frito de Kevin. Aquello que querría comer, de vez en cuando, fuera de casa. Y está mal ser el pollo frito de alguien cuando quieres ser toda su dieta calórica y no calórica. Por eso el corazoncito de Patrick se queda hecho un lío en el último episodio de esta primera temporada, cuando se da cuenta de que Kevin querrá usarlo y él nunca estará del todo satisfecho…pero no puede evitar caer en esa espiral de ser el segundo plato.
Agustín tampoco acaba mucho mejor, de hecho es el que termina más en el pozo; ha dejado el mundo del arte y su novio se ha ido de su casa. De modo que toda su vida tambalea, y con razón. Dom lucha de tal manera durante la temporada que al final de ésta es el que sale mejor parado; decidiendo qué hacer con su vida y demostrando su talento tanto en el ámbito profesional como el sentimental.
Así es como nos dejaron hace un año. Pero ahora sabemos más. Madre mía ¡mucho más!
¡ALERTA SPOILER SEGUNDA TEMPORADA!
Como bien hemos dicho, esta última temporada nos ha servido para conocer mucho más a los personajes de alrededor de Patrick, pues como dicen los creadores de la serie, el show va de la amistad. Así que han decidido tirar un poco más hacia la serie coral, estrategia muy acertada, pues esta temporada hemos visto a Patrick en una situación mucho más activa y positiva (aunque con más altibajos, pero los altos han sido mucho más altos en comparación con la primera temporada), de modo que las complicaciones han tenido que ver desde fuera. Aún así ha tenido que lidiar con el tema Kevin, y le ha salido bien hasta que la bomba le explotó en la cara en el último episodio.
Durante la temporada también hemos visto cierta tensión mezclada con sentimientos algo sospechosos con Richie, que cierra el último capítulo cortándole el pelo a Patrick. ¿Es este corte de pelo una metáfora de algo? Yo creo que Patrick quiere dejar de sufrir por Kevin y encontrar a alguien que lo valore. O quizás quiere ser él el malo de la historia. Querría ser como Kevin, querría ser frío y egoísta. Quizás el hecho de raparse el pelo significa eso. O significa que va a cortar su relación con Kevin (es algo común querer cambiar de aspecto cuando quieres darle portazo a una época de tu vida para empezar otra nueva). O a lo mejor simplemente se ha dado cuenta de que Richie es alguien con el que compartirlo todo. Pero eso no lo sabremos…hasta la próxima temporada.
Agustín ha salido del agujero en el que acabó al final de la primera temporada (y en el que ya estaba un poco metido desde el principio, pues su relación de entonces y su trabajo no le llenaban del todo). Ahora ha roto muchas barreras gracias a Eddie (Daniel Franzese), que es un soplo de aire fresco y desinteresado que entra en su vida. Además, éste le consigue el trabajo que acaba teniendo en el centro social, y esto le da a Agustín otra visión de lo que es capaz de hacer (no es totalmente inservible, como él creía). Dom también nos ha dejado ver mucho de su interior esta temporada; en la primera lo teníamos como ese tipo “que sabe”. El que siempre rescata a sus amigos, el que nunca acaba de caer del todo. El héroe, por así decirlo. Pero esta vez ha sido muy inseguro, tanto en su relación con Lynn (Scott Bakula) como en su proyecto profesional. Y ha acabado cayendo, como todos. De modo que nos han hecho empatizar mucho más con él, sobretodo por la bonita amistad que tiene con Doris, que se ha visto muy bien reflejada esta temporada.
Y sí, Doris. También hay que hablar con ella, pues es un personaje que empezó siendo recurrente sólo para definir un poco el espíritu de grupo de los chicos, pero ha terminado siendo una más para nosotros, pues hemos vivido con ella muchas cosas. En el capítulo en el que muere su padre nos metemos de lleno en su personaje, que es en realidad muy interesante y enriquece mucho a Dom. El final de estos dos personajes es lo que más me ha gustado del último capítulo, pues significa un paso hacia otra fase, no sólo de su relación, sino de la vida. Y eso lo tenemos que vivir todos; Doris tiene que pensar en otro antes que en Dom, pues tiene una relación sentimental que se está poniendo bastante seria.
En general una buena temporada, y una buena serie. En mi opinión, cada una de las temporadas nos va a mostrar más y más capas de los personajes, que se van abriendo poco a poco y nos sorprenden siempre. Avecino un cambio de actitud en Patrick, y un cambio de rutina para los demás, que han salido de su entorno habitual. Aunque no tengo ni idea de cómo pasará. Eso se lo dejo a los grandes guionistas de la serie.
