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‘Balada del ladrón del whisky’, una novela basada en Attila Ambrus

Esta vez es Pol Santaló el blogger que nos ofrece esta recomendación literaria tan original y diferente.

Budapest. 10 de Julio de 1999. Parecía una mañana tranquila en la prisión de máxima seguridad de la capital húngara. Pero una cuerda hecha con sabanas, cordones y toallas delante del muro de más de tres metros que separaba el recinto del exterior, desmintió esa percepción. El ladrón de whisky se había escapado.

Balada del ladrón del whisky es la historia basada en hechos reales de Attila Ambrus, más conocido en su país como el ladrón de whisky. Ambrus se convirtió en una leyenda en Budapest después de cometer un total de 27 robos en diferentes bancos, oficinas de correos y agencias de viaje durante la década de los noventa. Acumulando así la cantidad de medio millón de dólares.

El libro de Julian Rubinstein

Escrito de manera magistral por Julian Rubinstein, colaborador, entre otros, del New York Times Magazine, la revista Rolling Stone o la revista Details. Este libro nos narra una historia que, más allá de entretener al lector con las peripecias Kafkianas de su protagonista, nos retrata una sociedad en cambió constante debido a la fallida en seco del comunismo, después de la caída del muro de Berlín, y el periodo de transición hasta el estado capitalista.

Su protagonista, Attila Ambrus, no cumple en absoluto los parámetros del estereotipo de ladrón que podamos tener en mente. Él fue un ladrón inusual. Y, en cierto modo, su vida guarda ciertas similitudes con la de Juan José Moreno Cuenca, más conocido como “el vaquilla”. De orígenes humildes, Ambrus vivió una infancia difícil en una familia desestructurada en el este de Transilvania. Educado por su tío y su abuela, Ambrus decidió abandonar Rumanía después de la muerte de esta última, para así dejar atrás el ambiente tóxico en el que se encontraba y probar suerte en Budapest. Fue allí donde empezó a jugar como portero en el mejor equipo de hockey de la ciudad -el Újpesti TE-. En su tiempo libre, aprovechaba para planear sus atracos y así ganar un dinero extra para llegar a fin de mes. Ya que en aquel momento, los sueldos de los jugadores profesionales de hockey en Hungría eran extremadamente bajos.

Julian y Attila en prisión

Su método era peculiar, y llegó a ser descrito como “Gentelment robberies”, algo así como atracos de caballero, dado que se comportaba siempre con educación y respeto y nunca llegó a herir a nadie. En una ocasión, incluso detuvo un atraco en un banco para que una señora de edad avanzada pudiera sacar dinero para después seguir con el robo.

Su apodo, el ladrón de whisky, surgió del hecho que, antes de cometer sus atracos, Ambrus siempre bebía varios tragos de Johnny Walker Red Label, su marca de whisky favorita. Esto, según el mismo Ambrus, le ayudaba a cometer unos actos que ha condenado con posterioridad, pero que ha reconocido que eran “lo mejor que se le daba”. Y la verdad es que no le sobra razón. Ambrus estuvo un total de casi 10 años robando sin ser pillado, poniendo en evidencia las carencias del estado húngaro para controlar la delincuencia. Después de ser encarcelado por segunda vez – después de su huída en 1999 – Ambrus ingresó en prisión en el año 2000, dónde cumplió pena hasta el 2012, año en que, finalmente, fue puesto en libertad.

No es de extrañar pues que esta historia haya llegado a los oídos de Johnny Depp, que ya ha considerado llevar la vida de Ambrus a la gran pantalla, veremos si la cosa se queda en papel mojado. De momento, podemos disfrutar del libro, eso si, en inglés.