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Recordando el top 10 del Festival de Sitges de Cine Fantástico 2017

Apenas quedan unas semanas para que llegue la nueva edición del Sitges Film Festival – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, la 51 ya, que se dice pronto, y en Silenzine nos hemos puesto manos a la obra para traeros nuestro particular y personal top de entre todo lo que pudimos disfrutar (que fue mucho) durante aquellos maravillosos días repletos de cine.

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No es fácil realizar este tipo de listados en los que resulta casi imposible dejarse algún título en el tintero que finalmente y tras varias deliberaciones introspectivas se ha quedado fuera.

Así pues, espero que os guste la elección. ¡Adelante!

1. La forma del agua (‘The shape of water’, Guillermo del Toro)

En un inquietante laboratorio de alta seguridad, durante la Guerra Fría, se produce una conexión insólita entre dos mundos aparentemente alejados.

La vida de la solitaria Elisa, que trabaja como limpiadora en el laboratorio, cambia por completo cuando descubre un experimento clasificado como secreto: un hombre anfibio que se encuentra ahí recluido.

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Hablar del cineasta mejicano es hablar de uno de los grandes talentos que ha dado el cine, no solo fantástico, en los últimos años, y películas como Cronos, Hellboy, o El Laberinto del Fauno, por poner tan solo unos ejemplos, dan buena fe de ello. Un director con un mundo y un estilo visual y narrativo propio, que ha forjado una personalidad tan reconocible en la gran pantalla.

Su última obra, La forma del agua, no es precisamente una excepción de ello, y ahí está su reconocimiento como ganadora del Oscar a la mejor película y mejor dirección, entre otras categorías. Una preciosa fábula a lo La Bella y la Bestia con ese toque tan especial que solo alguien como él sabe añadir con un trasfondo político y social tan reconocible en su filmografía. Y es que los monstruos habitualmente tienen forma humana.

Una mezcla de géneros e influencias que convergen en un gran trabajo, de una belleza visual y sonora maravillosa y que es capaz de emocionarnos como espectadores privilegiados. Gran parte de esa culpa recae en el papel protagonista interpretado por una delicada Sally Hawkins capaz de enamorarnos en cada secuencia. Un cuento de hadas que bebe del cine más clásico adaptándolo a nuestros tiempos.

2. The ritual (David Bruckner)

Un grupo de amigos de la universidad se reúnen para emprender un viaje de senderismo por los montes de Suecia, con la finalidad de rendir homenaje a uno de ellos, muerto de forma violenta. Cuando se internan en el bosque, una presencia amenazante empieza a acosarles.

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David Bruckner ya ha demostrado su talento y buen hacer a la dirección en títulos como V/H/S o Southbound pero aun tenía pendiente el examen del largometraje. Y os puedo asegurar que lo ha aprobado con nota muy alta con The Ritual, la adaptación de la novela de Adam Nevill.

Un viaje de senderismo de un grupo de amigos que en realidad es más un viaje introspectivo y con un final tan sorprendente como brillante aunque quizás, eso sí, no del agrado de cualquier espectador. Y es que aquí los sentimientos, la tensión y la incertidumbre acaban en un desenlace terrorífico.

Un descenso pausado pero imparable hacia el terror que se esconde más allá del bosque y que si sois capaces de entrar en el juego que propone seréis recompensados. Una lástima que títulos como este se queden sin distribución en salas de cine pero los tiempos están cambiando y tendremos que adaptarnos a las nuevas tendencias de la industria.

3. Brawl in cell block 99 (S. Craig Zahler)

Bradley es un ex-boxeador con un matrimonio a punto de romperse que pierde su empleo como mecánico de coches. Debido a esta sensación pesimista, acaba decidiendo que su mejor opción es trabajar para un viejo amigo como traficante de drogas. Esta decisión mejorará su vida hasta que se ve envuelto en un tiroteo entre la policía y sus aliados; situación que le acaba llevando a la cárcel…

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Un par de ediciones atrás hubo un título y un director que sorprendió a propios y extraños. Un western que en su travesía por el desierto se convertía en una película de terror bajo el nombre de Bone Tomahawk y firmada por un tal S. Craig Zahler.

Pues bien, ya podemos decir que ya es toda una realidad y con su segundo largo, Brawl in Cell Block 99 confirma que es uno de los cineastas a los que hay que seguirles atentamente la pista.

En esta ocasión nos encontramos ante un thriller carcelario de alto voltaje dramático, especialmente gracias a la enorme actuación de un sorprendente Vince Vaughn, quien va dejando un rastro violento a su paso. Y es que la familia no se toca… y aún mucho menos a alguien como él. Con una secuencia inicial que se ve reflejada en su final cerrando un circulo que, a pesar de su ritmo pausado, te deja sin aliento.

Las comparaciones con Drive y su enigmático protagonista interpretado por Ryan Gosling son hasta cierto punto lógicas, pero en este film se nos retrata un personaje más transparente y directo. Quizás tarde en arrancar, pero una vez lo hace se convierte en una experiencia visualmente sucia, cruda y visceral que refleja a la perfección el sentimiento de la venganza.

4. El sacrificio de un ciervo sagrado (‘The killing of a sacred deer’, Yorgos Lanthimos)

Steven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un chico de dieciséis años huérfano de padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo.

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Es la primera vez que me enfrentaba al cine de Yorgos Lanthimos y la experiencia no podría haber sido más satisfactoria a la par que agotadora. Una obra que recoge la fórmula del surrealismo y la pone a merced de una tragedia griega absolutamente sobrecogedora, provocando un malestar constante capaz de dejarnos sin aliento. Y sin réplica.

Tan solo queda exponerse a la precisión clínica de su propuesta cinematográfica y dejarse envolver por una historia que refleja de forma fría y casi hermética la soledad y el aislamiento de un gran Colin Farrell. Aunque sería injusto no destacar el extraño e incomodo trabajo que realiza el joven Barry Keoghan.

Una de esas películas que hay que digerir tras sus créditos finales y que se quedan en tu memoria durante mucho tiempo.

5. A Ghost Story (David Lowery)

Un músico recientemente fallecido regresa a su hogar como fantasma para consolar a su esposa, pero descubre que ahora que está muerto el tiempo transcurre de manera diferente y no es capaz de interactuar con la realidad de los vivos como quisiera.

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Lo bueno de los festivales de cine es que en algunas ocasiones tienes la oportunidad de ver algún título que difícilmente harías fuera de ellos entre otros motivos quizás por su poca promoción posterior. Y A Ghost Story es uno de estos ejemplos. Una maravillosa obra cinematográfica que tras su fantasmal cartel esconde un melodrama poético, hipnótico y fascinante.

Es probable que su intencionadamente lento tempo aleje a más de un espectador, pero la recompensa de los que se dejan seducir por él es un retrato poético y filosófico sobre el amor, la pérdida y la soledad través del tiempo y la memoria.

Maravillosos Casey Affleck y Rooney Mara que bajo la delicada batuta de David Lowery son capaces de dejarte muy tocado en la butaca. De hecho, a mi me costó levantarme

6. Okja (Bong Joon-ho)

Durante diez idílicos años, la pequeña Mija ha sido la cuidadora y compañera de Okja, un gigantesco cerdo, en su granja de la montaña, en Corea del Sur. Pero todo cambiará cuando la gran multinacional familiar Mirando Corporation se intente llevar a Okja a Nueva York, donde la narcisista y egocéntrica Lucy Mirando tiene otros planes para la mejor amiga de Mija.

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El coreano Bong Joon-ho está detrás de películas tan notables y dispares como The Host, Mother o Snowpiercer, demostrando que es uno de los talentos más latentes del territorio oriental. Y Okja, que no es precisamente una excepción, le pone de nuevo en el mapa aunque su trabajo haya terminado en Netflix impidiéndonos disfrutar de ella en pantalla de cine. Pero tranquilos, que para eso el Festival de Sitges pensó en todos nosotros y nos hizo un poquito más felices.

Tras su apariencia de trepidante aventura salpicada de humor, drama y acción se esconde un mensaje lúdico y ecologista que incluso se permite hacer un reconocido paralelismo con el Holocausto judío en su brillante tramo final. Quizás algunos la tilden de exagerada tanto por su contenido como por algunas de sus actuaciones, pero forma parte de la magia de esta fábula que tiene la suerte de contar con actores de la talla de Jake Gyllenhaal, Tilda Swinton o Lily Collins. De obligado visionado.

7. El Infinito (‘The Endless’, Justin Benson y Aaron Moorhead)

Años atrás, los hermanos Justin y Aaron lograron escapar de la secta donde se habían criado. Ahora, malviven en un apartamento de Los Ángeles, hasta que un día reciben una cinta de vídeo de aquella secta, y a Aaron le entran las dudas de si deberían volver al campamento del que huyeron.

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Con apenas un par de largometrajes a sus espaldas como son Resolución y la maravillosa Spring y su colaboración en V/H/S Viral, Justin Benson y Aaron Moorhead son dos cineastas que trascienden más allá la simple figura de director. Y es que la pareja también escribe y protagoniza el título que nos ocupa, dejándome con la duda y la incomprensión de como es posible que sus nombres no sean excesivamente conocidos más allá del circuito de festivales. Una pena.

Un gran ejemplo de la nueva ola del terror indie firmando una película que mezcla géneros como el thriller o la ciencia ficción, con el mundo de las sectas como telón de fondo y un aroma de lo más lovecraftiano.

Si os dejáis atrapar por su ritmo increscendo y extraña naturaleza seréis sobradamente recompensados en un viaje atmosférico en lo que impera es la imaginación e sus creadores, con sorpresa en forma de guiño para sus fieles seguidores.

8. Revenge (Coralie Fargeat)

Tres hombres casados ricos se reúnen para su juego de caza anual en el desierto. Pero esta vez, uno de ellos viene acompañado de su amante Jen, una mujer joven y muy atractiva que despierta rápidamente el interés de los otros dos.

Las cosas se complican dramáticamente para ella… Dada por muerta en medio del infierno del desierto, la joven vuelve a la vida y el juego de caza se convierte en una venganza implacable.

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El rape and revenge nos ha dejado a lo largo de los años títulos convertidos en cine de culto como La Violencia del Sexo creando prácticamente un subgénero dentro del cine de terror. Y la cinta de Coralie Fargeat es un gran ejemplo de que aún tiene alegrías (dependiendo como se mire) que darnos.

Con un sorprendente dominio del lenguaje cinematográfico, un look acertadamente sucio y turbio, y una violencia que detona en una tormenta de sangre de tintes feministas, la película resulta de lo más compacta y potente, no apta para los estómagos más débiles y con una heroína central que sufre una evolución como personaje de alto voltaje. Puro Sitges.

9. Wind River (Taylor Sheridan)

Un policía descubre el cadáver de una niña, asesinada en una remota reserva india, y el FBI manda a una agente primeriza. Con tal de resolver el crimen, los dos se adentrarán en un paisaje salvaje, en el que la ferocidad de la naturaleza apenas deja espacio para el orden y la ley.

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A Taylor Sheridan le conocemos sobretodo por sus guiones de películas tan notables como Sicario o Hell or High Water (llamada aquí ‘Comanchería’), o incluso por su participación como actor en series de televisión como Veronica Mars o Hijos de la Anarquía, pero tras su debut como director hace ya un buen puñado de años con Vile vuelve a sentarse en la silla principal del rodaje, asumiendo también la escritura del film, como era de esperar.

Y el resultado no podría ser mejor. Un thriller tan gélido como su localización, que se convierte en prácticamente un personaje más de la función, perfectamente interpretado por Jeremy Renner y Elizabeth Olsen, y con una tensión que se puede cortar con un cuchillo durante todo su metraje hasta esa explosión final plagada de emotiva violencia.

Una lástima que haya pasado tan desapercibida en nuestro país.

10. Brigsby Bear (Dave McCary)

Brigsby Bear Adventures es un programa de televisión infantil que tiene un solo espectador: James. Cuando el programa termina de golpe, la vida de James cambia para siempre, y éste se propone terminar la historia él mismo.

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En ocasiones hay películas que son difíciles de encasillar en un género y que simplemente merecen ser disfrutadas. Pues bien, la opera prima de Dave McCary sería una de ellas, en un ejercicio de metacine disfrazado de comedia pero que en realidad esconde un trasfondo dramático de lo más sincero.

Probablemente no estemos hablando de un film accesible para el gran público y las grandes salas, pero ahí reside parte de su encanto casi infantil, repleto de ternura y de cierta excentricidad que puede llevar a más de un espectador a cuestionar su verosimilitud.

Como ejercicio nostálgico y de cultura pop cuenta en sus filas con un icono como Mark Hamill al que le sobran las presentaciones y que no hace más que sumar al conjunto ya de por si extraordinario.

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Como podéis ver muchos títulos que seguro que para muchos de vosotros son imprescindibles se han quedado fuera de este top. Sin ir más lejos me ha costado no incluir el que quizás sea uno de los mejores animes estrenados en el festival, A Silent Voice, o esa locura animada de Night is Short, Walk on Girl. Así como las divertidas propuestas del día de la marmota como Happy Death Day o A Day, entre otras. Pero es que al final solo pueden haber diez.

Como reflexión final ahora ya que ha pasado prácticamente un año y con la perspectiva que nos da el tiempo, me gustaría proponer un ejercicio.

¿Cómo es posible que la mayoría de estos títulos, al margen de la ganadora del Oscar The Shape of Water, apenas hayan tenido distribución en las salas de cine de nuestro país o directamente hayan terminado en el mercado doméstico o plataformas digitales? Curioso cuanto menos. Y triste.

La buena noticia es que en unos días estaremos celebrando una nueva edición del festival en un marco tan único como es la ciudad de Sitges. ¡Comienza la cuenta atrás!

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