El anterior trabajo de Alejandro González Iñárritu, la oscarizada ‘Birdman’, se llevó las alabanzas de la critica pero dividió al público entre los que la amaban y los que la encontraron un tostón presuntuoso. Su ultima película, ‘El renacido‘, no contará con tantos detractores, pero posiblemente más de uno salga decepcionado del cine. En todo caso nadie podrá negar que DiCaprio tiene el Oscar en el bolsillo.
¿De qué va El Renacido?
La película se sitúa a principios del siglo XIX. Tras la brutal emboscada de unos indios, un grupo de tramperos intenta regresar a casa antes de que el invierno les caiga encima. Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) es el único que conoce el camino de vuelta, pero la travesía se complica cuando el encuentro con una osa lo deja gravemente herido. La tensiones en el grupo acaban con el personaje de DiCaprio dado por muerto, y sin profundizar mucho en los detalles, solo comentaré lo que ya se sabe: Glass emerge de su tumba casi como un muerto viviente con ansias de venganza y atravesará los paisajes más inhóspitos a pesar de sus horribles heridas.
‘El Renacido’ es una película que por momentos se vuelve incomoda de ver. La violencia es realista y desagradable, la sangre ensucia la lente, los mocos y la saliva chorrean por la cara del protagonista y sus heridas ponen los pelos de punta. Sin duda el momento más incomodo (y también el momento cumbre) es el ataque de la osa. Rodado con pulso y paciencia, se hace por momentos interminable, y al ponerse uno en su lugar casi desearía un mordisco rápido y fulminante en la yugular. Durante un largo plano secuencia el animal hace con el protagonista lo que quiere, coreografiando una lucha asimétrica que tan solo el tiempo dirá si se merece un puesto en la historia del cine.
El Renacido es como un oleo de Velázquez
Pero la crudeza de la que hace gala el calvario por el que pasa el pobre Hugh Glass no coge a nadie por sorpresa ya que la película abre con una escena que nada tiene que envidiar del mítico desembarco de ‘Salvar al soldado Ryan‘. Algún iluminado señalará que no nos encontramos ante un verdadero plano secuencia (como ya pasó con ‘Birdman’), pero para quien esto escribe sería algo tan tonto como quejarse de que los robots de ‘Transformers‘ son efectos digitales. La secuencia en cuestión es una auténtica obra de arte, frenética y artística, donde cada plano podría ser perfectamente un oleo de Velázquez. Si por algo destaca ‘El Renacido‘ es por una fotografía natural, y ojo con Lubezki porque este año podría llevarse su tercer Oscar consecutivo.
Los actores
Podría llenar párrafos enteros sobre lo espectacular que está DiCaprio en el papel del trampero moribundo, pero prefiero remarcar la labor del todopoderoso Tom Hardy. El inglés se marca un papel de esos a los que nos tiene acostumbrados, aprovechando cada segundo que aparece en pantalla, capaz de robarle el plano a quien se el ponga por delante. Entre estas dos bestias pardas queda poco espacio para que Domhnall Gleeson consiga llegar a destacar, pero un servidor es ultra fan (tanto de él como de su padre) así que por poco haga ya se agradece.
¿La conclusión?
Iñárritu consigue hacer mucho con muy poco, pero no siempre sale bien parado. Durante gran parte de la película acompañamos a un DiCaprio que no habla y apenas puede moverse. La cámara se recrea durante largas secuencias donde apenas pasa nada y hay escenas que no paran a tiempo. Otro de los problemas son las visiones recurrentes que tiene el protagonista. Algunas son espectaculares y reveladoras pero otras se acercan peligrosamente al rollo ‘anuncio de perfume’.