En la vorágine de trabajo (y disfrute) que supone un Festival uno pierde la noción del tiempo y las horas pasan más rápido de lo habitual. Así que el trabajo se nos acumula sin apenas ser conscientes de ello y por eso hemos decidido concentrar las crónicas recogiendo dos jornadas de cine.
Comenzamos fuerte con uno de los platos a priori más interesantes y festivaleros de la primera edición con Assassination Nation, una película que prometía polémica, acción, violencia y sexo, y que cumplió a medias su cometido a pesar de levantar varios aplausos en el Auditori.
Assassination Nation (Sam Levinson)
En su último año de instituto, Lily y su grupo de amigos viven inmersos, como cualquier adolescente, en una vorágine de mensajes, posts, selfies y chats. Cuando un hacker anónimo comienza a publicar detalles sobre las vidas privadas de todos y desata el caos total en el pequeño pueblo donde viven, Lily y sus amigos deberán afrontar una temible incertidumbre: ¿sobrevivirán a la noche?
Un frenético film que se convierte en algo más que una gamberrada con mensaje en el que no todo funciona al mismo nivel que y en el que sus dos primeros actos contienen una energía vistosa, violenta y estimulante que se vuelve más irregular y falto de originalidad en su clímax. Eso sí, este funciona a la perfección dentro del marco de un festival y de un público como el de Sitges, y cerca estaría de convertirse en el premio otorgado por este último.
A destacar un concepto muy interesante en pantalla que nos traslada la época de las brujas de Salem a una sociedad actual inundada y cegada por las redes sociales y sus consecuencias, amén de una exaltación de la figura femenina y el feminismo que tiene ciertas lagunas, trampas y al que se le ven en exceso sus costuras cool que van precisamente en contra de lo que reivindican. Aún así, muy disfrutable.
Morto Não Fala (Dennison Ramalho)
El cine latino de género siempre tiene un papel muy importante dentro de Sitges y este año no iba a ser precisamente una excepción, y el título de hoy, Morto Nao Fala, era el elegido de la jornada como representación de Brasil.
Stênio trabaja en el turno de noche de la morgue de una ciudad grande y violenta. Durante sus horas difíciles, nunca está solo, ya que está dotado de la capacidad paranormal de hablar con los muertos. Sin embargo, cuando las confidencias que escucha desde el otro lado revelan los secretos de su propia vida, Stênio desata una maldición que atrae el peligro y la muerte demasiado cerca de él y de su familia.
Un thriller que se sustenta en el terror que nos producen los muertos y que, como suele ser habitual en este tipo de producciones, utiliza el humor más negro para llegar al espectador. Lo cierto es que un tras muy prometedor arranque la cinta se vuelve algo más genérica, pierde cierto rumbo y se salta sus propias reglas narrativas, abusando además de un exagerado sonido que en ocasiones puede desesperar.
Ederlezi Rising (Lazar Bodroza)
Tengo que reconocer que Ederlezi Rising es uno de esos títulos pequeñitos que me apetecía mucho disfrutar este año. Quizás por su propuesta de sci-fi de bajo presupuesto con apenas un par de personas y un concepto interesante de la exploración del ser humano. Pero ha sido una pequeña decepción.
2148; el capitalismo, que ha exprimido todos los recursos terrestres, ha sido reemplazado por el socialismo “para equilibrar la situación en la que se encuentra la humanidad”; grandes empresas colonizan otros planetas; y el astronauta yugoslavo Milutin es enviado a Alpha Centauri por la Ederlezi Corporation, de la “Reinstaurada URSS”, para “exportar su ideología”. Antes de la misión, un “ingeniero social” le informa de que no estará solo, le acompañará Nimani, una androide muy avanzada tecnológicamente que podrá actuar como compañera y asistente durante el viaje.
Con la estrella del porno Stoya como uno de sus grandes reclamos y completamente involucrada con el proyecto, lo cierto es que la película funciona mejor por su condición minimalista de ciencia ficción y exploración de la naturaleza humana, a lo Passengers pero con una visión más adulta y menos comercial, que por su mensaje. Este es un tanto confuso y juega en el filo del abismo de lo que muchos espectadores han entendido casi como un alegato y justificación sobre la violación, la manipulación y el machismo. Quiero equivocarme y pensar que la intención de Lazar Bodroza, su director, no es esa, pero juega al límite y fácilmente se puede caer en la confusión.
Await Further Instructions (Johnny Kevorkian)
Y terminamos el día como merece, con un producto de serie b, como los de antaño, y que tanto nos gusta ver en un festival como el de Sitges, con Await Further Instructions, un título extraño pero tremendamente interesante.
Es 25 de diciembre cuando la familia Milgram se despierta con su casa rodeada de una viscosa sustancia negra. Aunque están convencidos de que ha sucedido alguna catástrofe, no están seguros de cuál puede ser la causa: ¿un ataque terrorista? ¿una guerra nuclear? ¿tal vez algún tipo de incidente industrial? La televisión sólo muestra un rótulo que aconseja a los ciudadanos no abandonar su casa, algo que desconcierta aún más a la familia. A medida que pasan las horas la información se actualiza con mensajes cada vez más aterradores, lo que aumenta la paranoia y acaba por desencadenar una auténtica carnicería.
Qué bonita es la navidad, ¿verdad? Pues para muchas familias, como la de la película, estoy convencido de que esas cenas familiares son una tortura, y aquí se da buen reflejo de ello. Sci-fi que juega con el terror, homenajeando por el camino al cine de Cronenberg y a la literatura de Lovecraft o Stephen King, con un humor negro que se convierte en una feroz crítica a la política y a la tendencia de la sociedad de seguir a ciegas su mensaje, sea cual sea, culminando en un final extraño, bizarro y refrescante.
Así dimos carpetazo a un nuevo día y comenzamos una jornada más, quizás una de las más intensas, con mucho y muy variado cine por delante.
The Unthinkable (Victor Danell)
Hay películas que, por alguna extraña razón, se convierten en algunas de las más esperadas de este tipo de certámenes, quizás por la poca y justa información que se tiene de estas que hace que te intereses sin demasiados ingredientes por un producto que te resulta atractivo. Y ahí está The Unthinkable.
En un futuro apocalíptico cercano, Suecia sufre un ataque de una fuerza desconocida. En mitad del caos, Alex está obligado a regresar a su localidad natal para reconciliarse con su padre. También intentará reunirse con la novia de su juventud, Anna, al tiempo que tratan de salvarse y sobrevivir hasta la efectiva transformación posible hacia una nueva Suecia.
Una película que maneja géneros de forma muy inteligente y elaborada durante su extenso metraje, llevándonos de la mano del drama que se convierte en thriller casi político, con tintes del cine sobre terrorismo e incluso de catástrofes por el camino. Y no es fácil apostar por todos ellos y salir ilesos de la experiencia, y aunque quizás no todos funcionen al mismo nivel, ninguna flaquea y el resultado es más que notable.
Un relato sobre como la paranoia, el miedo y las situaciones extremas afectan en nuestro comportamiento y en nuestra naturaleza humana, y como esto repercute en nuestras relaciones con los demás. Quizás nos cuesta entender algunas acciones de sus protagonistas, pero muchas veces encontramos en el subtexto de su narrativa el por que de estas y reflejan de forma muy inequívoca el carácter nórdico que tan distinto es del nuestro. Una muy grata sorpresa.
Muere Monstruo Muere (Alejandro Fadel)
La nueva propuesta del cineasta argentino Alejandro Fadel, Muere Monstruo Muere, venía con la premisa de despertar tantos admiradores como detractores (quizás más de estos últimos) y este último pase de su cinta iba a ser nuestra oportunidad para valorarla de forma personal. Y, al igual que sus anteriores trabajos, es comprensible que despierte esos sentimientos en el espectador.
En una zona un tanto alejada de la Cordillera de los Andes, encuentran el cuerpo cercenado de una mujer. Cruz, un oficial de la policía rural, se hace cargo de la investigación. David, esposo de Francisca quien a su vez es la amante de Cruz, se convierte rápidamente en el principal sospechoso. Cuando lo internan a David en un hospital psiquiátrico, culpa de lo sucedido a un monstruo que se le aparece repentina e inexplicablemente.
Si una palabra pudiera definir a esta película sería riesgo. Un desconcertante thriller rural muy valiente, pero de difícil digestión para el público, que apuesta por una atmosfera a medio camino entre el mejor Carpenter y Lynch, pero con un lenguaje y una narrativa muy pausada, excéntrica y poco convencional que supone una propuesta valiente y arriesgada. Hay ecos de western y de Lovecraft en cada secuencia, aunque quizás ese remate final, además a plena luz del día, sea innecesario y la reste fuerza de forma innecesaria al conjunto.
Valley of Shadows (Jonas Matzow Gulbrandsen)
Siempre que me acerco a un título de la sección “Noves Visions”, me inunda un sentimiento contradictorio y extraño que me enfrenta a unos títulos de los cuales no se demasiado bien que esperar, si lo mejor o lo peor, o incluso en ocasiones, la indiferencia, y Valley of Shadows me sedujo con su sinopsis y su delicado tráiler.
Aslak es un niño de seis años que vive con su madre en una aislada región de Noruega. Una serie de hechos perturbadores que él no acaba de entender lo llevan a un viaje (físico y metafórico) del que ya no hay vuelta atrás. Nos hallamos ante un atmosférico filme de misterio, contado desde la perspectiva de quien se encuentra en un momento vital donde la percepción del mundo difumina las fronteras entre lo real y lo subjetivo.
Había leído ciertos comentarios de que la cinta noruega tenía ciertos ecos con títulos como Déjame Entrar (quizás en sus sensibilidad marcadamente nórdica) o Un Monstruo Viene a Verme (aunque aquí sería más bien al contrario) pero no me atrevería a compararla demasiado con ellos. Obviamente, nos encontramos ante una fábula de tintes góticos que contiene unas imágenes y paisajes de lo más cautivador y oscuro, una especie de cuento de hadas en el que probablemente su envoltorio sea más atractivo que su contenido, algo más vació y menos interesante de lo que realmente promete. Pero funciona si te dejas contagiar por su belleza y no decides ir mucho más allá de esta.
El año de la plaga (C. Martín Ferrera)
Y llegó el momento. Una de mis películas más esperadas (y temidas tras ver su póster y tráiler oficial) del festival se estrenaba al fin. El Año de la Plaga, la adaptación de la novela de Marc Pastor que me atrapó por su homenaje al cine de género más clásico y mi identificación con su protagonista, certificaba mis presagios menos optimistas.
Tras romper con Irene, los amigos de Víctor se empeñan en encontrarle una nueva novia, pero él no quiere olvidarla, incluso cuando aparece Lola. Súbitamente, Irene le llama, nerviosa, y le pide ayuda porque la gente a su alrededor se comporta de modo diferente, como si hubieran perdido sus recuerdos y emociones. Influenciado por las películas y series que han marcado su vida, Víctor no es capaz de ofrecer una explicación racional a lo que está pasando, pero decide convertirse en el héroe que nunca fue para Irene e ir a “rescatarla”, liándola aún más cuando sus amigos deciden “ayudarle”.
Soy consciente de que no es fácil llevar al cine una novela como la de Pastor, a la que es difícil pillarle el tono y trasladar a la pantalla su vertiente más fantástica sin caer en la parodia o el ridículo, pero no puedo negar que estando él mismo (junto a otros) en el guión esperaba más acierto. Y es que la película apuesta con decisión por la comedia fácil, pero por el camino parece que le entren ciertas dudas y culmina en un final excesivamente serio y de tintes dramáticos que no funciona, entre otras cosas porque parece impostado y sin convicción.
Resulta entretenida por momentos, pero ni Ivan Massagué, que pese a mis dudas iniciales es prácticamente el mejor del reparto, sacan a flote el proyecto, con actores que parecen hacer de si mismos más que de encarnar a su personaje, que contribuyen a la sensación de estar viendo más un episodio de La Que Se Avecina o Aída que de una película que homenajea de forma muy personal a clásicos del género como La Invasión de los Ultracuerpos. Me quedo con el recuerdo de la novela y de lo que pude ser y no fue su adaptación cinematográfica.
Lords of Chaos (Jonas Åkerlund)
Y ahora así, con un Retiro lleno hasta la bandera y con unas ganas tremendas llegábamos a la última película del día, Lords of Chaos. Y os puedo asegurar que todas las expectativas se cumplieron y con creces, tanto la de metalero como la de cinéfilo.
Euronymous es un joven de 17 años que quiere no está de acuerdo con las tradiciones y la forma de pensar de la década de los 80 en Oslo. Por eso, centra todas su energía en crear una banda de ‘black metal’ llamada Mayhem y así poder expresar su enfado y frustración. El ascenso a la fama es rápido gracias al fenómeno que él y su grupo han creado, y en el que se incluyen impactantes acrobacias. Pero poco a poco el límite entre el espectáculo y la realidad se irá difuminando y dará lugar a la violencia, la quema de iglesias e incluso al asesinato.
Jonas Akerlund es un experimentado director tanto de cine como de música, y eso es algo que se nota de forma muy positiva en este trabajo. Su nombre se asocia con artistas como Madonna, Lady Gaga, Taylor Swift, Beyoncé o Rammstein, y aquí adapta el libro del mismo titulo para relatarnos la historia de Mayhem y el Black Metal noruego con un resultado excelente.
Una tragicomedia divertida, emocionante y en ocasiones terrorífica sobre la relación de sus protagonistas, que parece mentira que este basada en hechos reales pero que certifica que en ocasiones la realidad supera la ficción. Mención especial a Rory Culkin (hermano de ya podéis imaginaros quien) y de la crudeza de algunas imágenes que pueden herir la sensibilidad de algunos espectadores. Pero amigos míos, ¡Esto es Norwegian True Black Metal!
¡Así da gusto coger el tren de vuelta a casa!