Mustang, de la directora Deniz Gamze Ergüven, será la encargada de representar a Francia en la gala de los Oscar en la categoría de ‘Mejor película de habla no inglesa‘. Independientemente del resultado de la ceremonia nos encontramos ante una película excelente, redonda y merecedora de cualquier galardón que coseche en festivales.
En un pequeño pueblo del norte de Turquía cinco hermanas huérfanas celebran el fin de las clases divirtiéndose a orillas del Mar Muerto. Un juego inocente con un grupo de chicos provocan habladurías y rumores entre los vecinos de una comunidad ultra conservadora. El tío de las muchachas decide actuar con extrema firmeza con tal de preservar el honor de su familia, encerrándolas en casa y preparándolas para el matrimonio forzado. El verano no tarda en convertirse en un infierno.
Cinco son las protagonistas de esta terrible historia, pero la cámara no tarda en sucumbir ante la pequeña de las hermanas, convirtiéndola en narradora, guía y testigo. “La casa se convirtió en una fábrica de esposas” comenta la pequeña con una voz en off tranquila e irónica, capaz tanto de sacar una sonrisa como poner los pelos de punta. ‘Mustang’ no es una comedia, aunque arranca carcajadas, y evita caer en el melodrama de manera quirúrgica. Hubiese sido fácil recrearse en el dolor de las chicas, pero no solo esquiva el recurso fácil si no que encima atrapa al espectador con un estilo por momentos fríos y duros, convirtiéndole en un testigo alejado que a veces tan solo puede intuir las cosas.
La inocente jovialidad de las hermanas contrasta con el ambiente amargo en el que se crían. Otro de los aciertos de la directora es despojar a la historia de cualquier tinte religioso, universalizando el drama. Aquí se habla de una sociedad retrograda y machista sin importar su culto, y el drama que sufren las chicas tanto podía haber estado ambientado en una aldea gallega como en el Bronx. A lo largo de la película nos encontramos con todo el espectro de valores que abunda en la sociedad, desde la profesora joven y moderna hasta la abuela permisiva, pasando por la típica madre que acepta continuar en sus hijos las terribles tradiciones que le impusieron a ella.
El film guarda múltiples similitudes con el primer largometraje de Sofia Coppola, ‘Las vírgenes suicidas‘. En las dos películas tenemos a cinco bellas hermanas que maduran en el seno de una familia ultra conservadora, encadenadas a una educación estricta y asfixiante. El acercamiento prohibido y adolescente al sexo contrario provocará una reacción desmesurada por parte de sus tutores, viéndose recluidas en su domicilio y desencadenando una explosión de rebeldía en las muchachas. Las dos películas no solo comparten sinopsis, también tienen en común elementos estilísticos y argumentales. Las muchachas pasan las horas tumbadas en el suelo de la habitación, panza arriba, con sus cuerpo amontonados y entrelazados. El sexo se convierte en algo furtivo, vulgarizado y maldito, algo que provoca bochorno y vergüenza ajena. En el exterior de la fortaleza aguardan los chicos, ansiosos por conquistar a las cinco hermanas, llamar su atención y conseguir aquello que está prohibido.
Llama la atención las similitudes, pero aún más lo hacen sus diferencias. Mientras del film de Coppola emana una atmósfera vaporosa, superficial y onírica en ‘Mustang’ nos encontramos con un ambiente realista y tangible, mucho más duro y cercano. ‘Las vírgenes suicidas‘ intenta transmitir un estado de ánimo, una decadencia nihilista donde las hermanas se muestran casi como seres vacíos y ajenos a todo lo terrenal. ‘Mustang‘ se centra más en contar una historia, cuidar y presentar unos personajes carismáticos de los que podemos llegar a conocer sus inquietudes y deseos. La película francesa se hace mucho más dura y más próxima, alejándose del tratamiento casi de fabula del film de Coppola. También se distancian en cuanto a desarrollo, porque mientras que en el film del 99 el destino trágico e inamovible viene determinado desde el primer minuto la película de la directora turca tiene unas protagonistas vitales que intentan salir del infierno al que se ven sometidas, transmitiendo un mensaje un poco más esperanzador.
En definitiva, una película obligatoria.