En 2013, cuando estrenaron “El viento se levanta” en el Festival de Cine de Venecia, anunciaron que sería la última película del director Hayao Miyazaki. Pero como todos sabíamos, ha vuelto en 2017 para trabajar en la adaptación al cine ‘Kemushi no Boro‘ (Boro la oruga).
Durante las últimas tres décadas, Miyazaki y su compañía Studio Ghibli, han creado algunas de las películas de animación más buenas del sector, con imágenes y personajes que no podría haberlas creado ningún otro.
Como se puede volver a retirar en cualquier momento, he decidido hacer un ranking de los once largometrajes del director, de la peor a la mejor.
Miyazaki nunca hizo una película mala pero algunas son mejores que otras. Puede que no coincidáis con mi ranking y os animo a que dejéis un comentario dando vuestra opinión. ¡Empezamos! 😉
11. El Castillo de Cagliostro (1979)
Es la primera película de Miyazaki como director y una de las pocas que no es de Studio Ghibli. La película está basada en el personaje famoso del manga “Lupin III” y empieza con Lupin y su mano derecha, Daisuke Jigen, robando un casino en Monte Carlo. Más adelante se dan cuenta que los billetes son falsos y lo llevan hasta el siniestro Conde Cagliostro y la princesa Clarisse. Tiene una trama bastante complicada con asesinos ninja, muertes fingidas, ruinas romanas y secretos muy profundos.
Los dibujos no son como los que estamos acostumbrados a ver de Miyazaki, son mucho más simples y como cualquier tipo de dibujo en esa época. Aún así tiene mundo imaginario chulo, la historia está bien planteada e incluye varias escenas de acción que dejarían mal a unas cuantas películas.
10. El Castillo Ambulante / El Castillo Errante de Howl (2004)
Aunque sea una gran película de animación, no parece una película “pura” de Miyazaki como otras ya que está basada en un libro de Diana Wynne Jones y presenta un aire de steampunk muy raro. El director transformó la historia del libro para crear la historia de Sophie, una joven a la que ponen un hechizo (y que la transforma en una vieja) y se enamora de un mago. La historia se desarrolla durante un tiempo de guerra. Miyazaki mencionó públicamente que hizo la película para protestar en contra de la guerra de Iraq (a la que participaron los japoneses). Marco Mueller, director del festival de cine de Venecia afirma que es “la película más anti-guerra que han estrenado en el festival”. Aún así, se puede ver la película sin leer entre líneas – de hecho, aunque sea un experimento raro del director, seguro que les gusta a los que habéis crecido con películas de Disney.
Si queréis adentraros en el mundo imaginario de Miyazaki, os aconsejo que empecéis con esta película ya que incluye imágenes brutales, muy propias del director y personajes grotescos y ambivalentes con características de personajes “occidentales”.
9. Nicky, La Aprendiz de Bruja (1989)
Una historia sobre brujas y magos jóvenes basada en la novela de Eiko Kadono. Está situada en una europa alternativa, concretamente en Estocolmo y nos adentramos en el mundo de Nicky, una aprendiz de bruja de 13 años que tiene que pasar un año viviendo sola para entrenarse y convertirse en una buena bruja. Con la ayuda de su gato hablador, Jiji, crea un servicio de entrega para una panadería y se enamora de un chico del barrio que está obsesionado con la aviación.
Miyazaki siempre ha sido un director que está en contacto con su lado feminino (“El viento se levanta” es una de las pocas películas que no tiene a una mujer como protagonista) y lo vemos claramente en esta película: la niña aprende a creer en ella misma y a superar sus inseguridades. Es encantadora y dulce pero no es de las mejores que ha hecho.
8. Ponyo en el Acantilado (2008)
Ponyo es una interpretación del director de la historia de “La Sirenita“. Seguimos a un pez-niña pequeña llamada Ponyo que sueña en convertirse en una humana. Lo que hace que “Ponyo” sea tan fascinante, a pesar de lo bizarra que es, es que procede de un director que durante mucho tiempo ha estado obsesionado con el poder transformador y perdurable legado de vuelo. El resultado es una de las obras más surrealistas del cineasta, llena de peces gigantes y espíritus que controlan el viento y las olas. De hecho, la ciudad de la costa donde viven los humanos tienen un paisaje tan bonito que te dan ganas de comprarte una casa allí.
Aunque la película parezca que sea para niños, es mucho más compleja de lo que parece por la dinámica que hay entre la protagonista y su padre, los niveles de emoción que transmite la película y la relación entre los humanos y la naturaleza. Puede que no sea la mejor película del cineasta pero visualmente es una de las mejores producciones de Studio Ghibli.
7. Nausicaä del Valle del Viento / Guerreros del Viento (1984)
La película está situada en un paisaje post-apocalíptico donde el gas tóxico y la selva amenazan con acabar con lo poco que queda de la humanidad (también aparecen bichos carnívoros que hacen parecer a los gusanos de “Dune” como unas hormigas). Los hombres han sido diezmados; los supervivientes viven en algunos poblados aislados y sobreviven a duras penas en las cercanías de un bosque contaminado con gases tóxicos e insectos mutantes gigantes, que cubren gran parte de la Tierra. Nausicaä es la princesa de El Valle de Viento, un reino minúsculo, rodeado de reinos más poderosos y hostiles. Es una guerrera que sabe pilotar naves, pero es también compasiva, tanto que se resiste a ver a los insectos como enemigos, sobre todo a los Ohms, artrópodos gigantescos y temibles por los que siente una extraña simpatía. La crisis estalla cuando el reino vecino de Tolmekia, encabezado por la princesa Kushana, invade El Valle del Viento e intenta emular a un cruel “Dios de la guerra“.
Aunque fuera la segunda película que dirigió, la película contiene varios temas y elementos que aparecen en sus siguientes películas como por ejemplo, el pacifismo en lugar de combatir, mensajes ecologistas, una joven fuerte como protagonista y escenas de vuelo.
6. El Viento se Levanta (2013)
La última película de Miyazaki es la más impactante. Vemos secuencias de fantasía con pinceladas de elementos que aparecen en sus películas para crear la biografía de Jiro Horikoshi, un diseñador japonés de aviones que fue el responsable de crear el “Zero Fighter” en la segunda guerra mundial. Este tema le ha traído mucha controversia, ya que muchos que afirman que endulza la imagen del creador de maquinas tan asesinas. Pero la discusión no tiene en cuenta que la película trata sobre el poder ilimitado de la imaginación y la manera que sus diseños pueden trascender su propósito, que, francamente, ha sido un tema recurrente de Miyazaki durante décadas.
El director se ha pasado toda su carrera comunicando su pasión por volar y siempre lo ha descrito como algo tentador, romántico y lleno de asombro y admiración. Y esta pasión ha llegado a su culminación en esta película porque las secuencias de vuelo son las mejores que ha hecho nunca. Si realmente es la última película del cineasta, ha acabado su filmografía a lo grande porque te explica claramente como la imaginación desbordante de un hombre puede ser utilizada para otras cosas y vemos reflejado en la historia a Miyazaki con la reflexión sobre su propia vida.
5. El Castillo en el Cielo (1985)
Es la tercera película de Miyazaki y la primera que fue producida por Studio Ghibli. En mi opinión es el primer clásico de oro y mejor película de acción y aventuras. Trata sobre una aeronave se desliza sobre un mar de nubes, en una noche de luna llena. Muska, un agente secreto del gobierno, acompaña a una chica llamada Sheeta a la fortaleza de Tedis. Repentinamente la nave es atacada por los piratas que, al igual que el gobierno, buscan el secreto de la piedra mágica de levitación que Sheeta lleva alrededor del cuello. La piedra es la llave que abrirá las puertas de La Fortaleza celeste, una isla flotante en medio del cielo creada por una misteriosa raza que hace mucho tiempo desapareció del planeta. Pazu, un joven muchacho, se hace amigo de Sheeta, le ayuda a escapar de sus seguidores y juntos se disponen a resolver el misterio de la Fortaleza Celeste. Cuando Sheeta y Pazu inician su viaje hacia la Fortaleza Celeste, ponen en marcha una cadena de acontecimientos irreversibles. En este misteriosos lugar encontrarán un tesoro mucho más grande que el poder de gobernar el mundo.
Esta es la película más “blockbuster” del cineasta y tiene una mezcla de comedia, amor y secuencias espectaculares de acción. Es muy buena, pero hay también mucho más que simplemente una aventura, desde las primeras escenas, que fueron inspirados por huelgas de los mineros en Gran Bretaña de los años ochenta.
Miyazaki hizo películas que son tal vez más ingeniosas, pero pocas son igual de entretenidas como esta. Aunque la estrenase en 1985, sigue siendo muy popular y muy recomendable.
4. Porco Rosso (1992)
Reconocido como una de las películas más raras del director, “Porco Rosso” es una espécie de Tintin en forma de cerdo aviador. El protagonista, Marco, está condenado a vivir como un cerdo como castigo por sobrevivir un combate de la segunda guerra mundial. Marco pasa a llamarse Porco y se convierte en un caza recompensas y frustra todos los actos de piratería perpetrados por los piratas aéreos del Adriático. Éstos, decididos a acabar con el valiente y hábil aviador, se ponen de acuerdo para contratar a un aventurero americano cuya misión será eliminarlo.
La película es inusual en el catálogo de Miyazaki por lo concreto que es en el período histórico (entreguerras) y geografía (hasta las marcas de la aeronave, así como las referencias de la Italia fascista), pero muestra más que de sus temas recurrentes: el romance y el espíritu de la aviación.
3. El Viaje de Chihiro (2001)
Algunas películas de Miyazaki son adaptaciones de historias clásicas de cuentos de hadas, como por ejemplo “El viaje de chihiro”; una versión “mutante” de Alicia en el país de las maravillas. Chihiro es una niña de diez años que viaja en coche con sus padres. Después de atravesar un túnel, llegan a un mundo fantástico, en el que no hay lugar para los seres humanos, sólo para los dioses de primera y segunda clase. Cuando descubre que sus padres han sido convertidos en cerdos, Chihiro se siente muy sola y asustada pero se da cuenta que tiene que madurar para combatir a espíritus malignos que habitan el universo.
Es una película extraña pero muy bonita y entretenida, como prueba, ganó un Oscar de Mejor película de animación. Representa el espíritu que tienen todos los niños de ser libres y que piensan que sus padres son unos pesados (en este caso, unos cerdos). La película es una fábula amorosamente bordada que os llevará a un lugar de pura imaginación, pero no tiene miedo a llevarte a sus hendiduras más oscuras, que esconden también algunos elementos bastante inquietantes.
2. Mi Vecino Totoro (1988)
Mi Vecino Totoro es la película más icónica del director, parcialmente por culpa del personaje “Totoro”, un conejo/gato gigante y mágico. Pero también es la película que consagró a Miyazaki como una versión del mundo de la animación de Terrence Malick, ya que se muestran más preocupados con incluir momentos contemplativos y espirituales de extrema tranquilidad que momentos absurdos para llenar la pantalla.
La película está situada en una época de post-guerra en Japón, en un pueblo rural donde un hombre y sus dos hijas se mudan a una casa pequeña perdida en el bosque para vivir cerca de la madre enferma. Es entonces cuando las niñas descubren el mundo mágico de la naturaleza: pequeñas bolas de polvo, espíritus en forma de gatos/conejos, la magia de disfrutar de la vida. La película te deja asombrado por el mundo mágico del cineasta. Aún así, incluye elementos reales a la película, como por ejemplo, los problemas de salud de la madre de las niñas para darle un sentido más realista.
1. Princesa Mononoke (1997)
Es muy difícil escoger un número 1 de las películas de Miyazaki pero si tuviera que escoger una con el corazón, me diría “mo-no-no-ke“. La película te sumerge en un universo que va más allá de la imaginación, en la cual dibujos y criaturas de otro mundo se utilizan para comentar con elocuencia sobre temas muy reales, de manera que claramente nos está intentado enviar un mensaje, pero no es menos emocionante. Encarnando en un núcleo maravillosamente ecologista y trabajando en el tema de Miyazaki sobre la “inutilidad de la guerra“, Princesa Mononoke sigue a un joven guerrero, Ashitaka, quien es desterrado de su pueblo tras un acto de valor y le provoca ser maldecido, mientras él viaja a una tierra lejana de los espíritus del bosque. Conoce (y se enamora) de la princesa, la hija humana de un dios lobo, pero se encuentra en medio de un lío por la guerra en la selva.
Aunque aparentemente parezca una película infantil, vemos que los personajes son mucho más complejos de lo que esperas y muestra una imagen ambivalente del bien y el mal. Eboshi podría ser un villano pero también es una activista (feminista) que reúne como seguidores ex-prostitutas y leprosos y todo lo demás “no deseado” para crear una fortaleza de minas de hierro de la nada. Por supuesto, al mismo tiempo, ella le está robando el hábitat a los antiguos dioses. Además, vemos como las bestias no son ni lobos ni humanos, Ashitaka no es el héroe normal; no todo es blanco y negro.
La película está llena de emociones desde amor, empatía, amabilidad a odio, rabia y miedo. Princes Mononoke es quizás la mejor expresión de Miyazaki de inventiva visual (él volvió a dibujar personalmente 80,000 dibujos de los 144,000 que habían en la película) uniendo perfectamente con sus preocupaciones temáticas y su narración sin precedentes.
Obviamente, hay mucho más por descubrir de Miyazaki ya que ha sido productor de casi todo lo que ha hecho Studio Ghibli. Como por ejemplo, “Recuerdos del ayer“, “Pompoko“, “Susurros del corazón” y “Haru en el reino de los gatos“. Y todas valen la pena verlas. También ha co-escrito “Arrietty y el mundo de los diminutos” y “La colina de las amapolas“.
Y para acabar, aquí tenéis un vídeo de Los Simpson:
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