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Regreso a Ítaca, de Laurent Cantet

Ya ha llegado a la gran pantalla la última película de Laurent Cantet (La clase, 7 días en La Habana); Regreso a Ítaca. Nació de una novela de Leonardo Padura, que junto al director ha creado el guión de este film tan intimista y teatral.

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Todo sucede en una terraza de La Habana; cinco antiguos amigos se reúnen después de muchos años, pues uno de ellos ha vuelto a Cuba después de dieciséis años de exilio. Recuerdos de bonitas historias y heridas aún sin cerrar vuelven a resurgir en esa noche en la que todos vuelven a estar ahí…pero que tan diferente es de los tiempos pasados. Los personajes forman parte de la generación de la revolución cubana, y ese espíritu también impregna la película. Es bonita, cuidada y muy personal.

Cuando fuimos a verla tuvimos la oportunidad de hablar con Laurent Cantet, el director del film. He aquí lo que nos dijo.

Has hablado de Cuba (y en especial La Habana) en dos de tus películas. ¿Qué es lo que te seduce tanto de ella?

El placer que siento cada vez que voy, los amigos que tengo allí y a los que tuve ganas de dar la palabra en esta película. También el placer de trabajar con un autor cubano que me gusta muchísimo (Leonardo Padura), y que también se ha vuelto ahora alguien muy próximo a mí. También me parece que uno puede reconocerse en estas historias cubanas, y son historias mucho más fuertes e intensas que las que yo mismo he vivido. Pero digamos que fueron más las ganas de dar la palabra a la sociedad cubana. Y escucharla.

¿Por qué eliges contarlo todo en un día?

Para mí era importante la urgencia que tienen los personajes para reencontrarse y para entregarse a ellos mismos, y creo que este grupo no hubiera sobrevivido si hubiéramos dejado más tiempo. El personaje principal necesita explicarse urgentemente, contar por qué se fue. Por otra parte, a través de la compresión del tiempo y del espacio, pude focalizar toda la acción en lo que está pasando entre ellos. Me pareció importante no crear demasiadas distracciones paseando por las calles de La Habana, por ejemplo, porque eso sería traicionar la densidad de informaciones importantes que tienen que decirse los unos a los otros. De ahí que naciera esta película con una forma tan teatral, ya que para mí era más importante filmar las emociones. Además tuve la suerte de encontrarme con estos grandísimos actores que nos regalan unas interpretaciones para nada fingidas, pues ellos se reconocían en esas historias.

En Cuba está costando que la película se mueva comercialmente…

Sí. De hecho la película no se ha estrenado en La Habana todavía, y se desprogramó del Festival de La Habana en diciembre. Aunque sí que va a ser proyectada el 2 de mayo en el marco del Festival de Cine Francés en La Habana, y va a ir a otras ciudades del país. Y esperamos que tenga más difusión, pues para mí es muy importante que el público cubano vea la película, porque creo que también tiene una función de catarsis.

¿Qué es lo que hace que la película sea controvertida en Cuba?

Yo quería hablar de la nostalgia y la juventud de esos personajes. Pero queramos o no es una historia política en la que estos jóvenes creían en la revolución y se implicaron, y poco a poco al crecer y enfrontarse a la dureza de la vida se distanciaron de esos ideales. También quería hablar de las traiciones que ellos mismo protagonizan, y de las medidas de un sistema que al principio era, para ellos, algo muy deseado. Ahora bien, yo en ningún momento quise crear controversia, de hecho queremos que llegue a todo el público en Cuba, aunque sabíamos que no sería fácil.

¿Por qué regresan a Ítaca y no a Cuba?

La película es explica una historia cubana con mucha precisión, pero también puede ampliarse a una lectura mucho más universal. Muchos de nosotros podemos reconocernos en esos personajes, aunque creo que la situación cubana amplificó esos sentimientos. Yo mismo me reconozco en ellos, porque de joven tenía ideales más fuertes que ahora. Y no es un sentimiento agradable, pero es algo universal. Por eso la película no se llama “Regreso a Cuba”. La mitología nos enseña lo que toda la humanidad tiene en común, sus orígenes, y es por eso que regresan a Ítaca.

¿El tema central es el miedo o la verdad?

Es verdad que el miedo es un elemento central, que hace que los personajes dejen atrás cosas que antes hacían. El miedo por el que los unos y los otros dejaron de luchar, ese miedo existía hace un tiempo pero creo que ahora es menos fuerte (la prueba de ello es que hemos podido rodar esta película). No obstante, este miedo sigue estando en la cabeza de la gente porque lo han integrado a su manera de ser. Aún así, la última escena es optimista, cuando Amadeo, el protagonista, dice “volví el día en el que ya no tenía miedo”. A partir de ese momento yo, personalmente, creo que puede haber un nuevo amanecer.
Y lo que realmente quería mostrar, más allá de todo esto, es que el grupo de amigos resiste a esa noche. A la mañana siguiente siguen juntos porque eso es lo que les da fuerza. Podría decirse, de hecho, que la película no es una historia sobre Cuba, sino sobre la amistad.

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Como dice Cantet, empatizar con los personajes te será muy fácil, pues habla de historias que todos hemos vivido, más o menos parecidas a la de la película. Habla de un tipo de amor que resiste los embistes del miedo y de la crisis social que viven. Habla del dolor del pasado y de lo raro que se hace ver a personas a las que se ha querido tanto. La vida es extraña, y Regreso a Ítaca es sólo un recordatorio de esto.
A mí me enamoró la naturalidad de las interpretaciones, los sentimientos tan fuertes que tan bien se muestran y esa sensación de familiaridad que me transmitían sus historias. Y aunque considero que ver esta película aportaría algo a todo el mundo, sé que no es para todo tipo de público. Es una película donde la palabra y las emociones son lo más importante, pues son lo que mueve la acción. Pero si os gustan este tipo de películas, Regreso a Ítaca tiene algo mágico que te enternecerá y te dolerá al mismo tiempo.

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