Solanin, de Inio Asano, es uno manga del que llevo hablando hace tiempo, en los artículos Lecturas de verano y Libros recomendados para Sant Jordi y el día del libro. Pero sólo ahora puedo hablar con conocimiento de causa, pues lo he disfrutado de principio a fin, y la nostalgia de Asano se me ha quedado en los huesos por unos días.
Solanin cuenta las vidas de Meiko, Taneda, Billy, Kato y Kotani, pero también podría ser la nuestra o la de cualquiera en esa época en la que uno se busca a sí mismo y quiere encontrar su lugar en el enorme y vasto mundo.
Meiko es oficinista desde que se graduó, pero está frustrada; no quiere convertirse en alguien vacío. Taneda hace trabajitos artísticos mal pagados para poder financiar su parte del piso en el que vive con Meiko, en Tokio. Billy trabaja en el negocio de su familia y Kato…él intenta buscar trabajo, que ya es mucho. Estos dos últimos se pasan las viñetas haciendo el capullo y tocando en el grupo que tienen con Taneda desde la universidad. Y Kotani ha estado siempre ahí, desde los principios de los tiempos, al lado de Kato, Meiko y los demás, pero también busca algo más de lo que tiene trabajando como dependienta en una tienda.
Meiko vive en pausa, los días pasan y no sabe muy bien lo que la vida espera de ella. Piensa y observa con sus grandes ojos, y también piensa en el futuro de Taneda.
“Ya sé que no soy tan pura de espíritu como para ponerme a proseguir sueños. Sé muy bien que vivir de forma anodina, normal y corriente, es en realidad muy difícil. Sin embargo, si resultara que lo que más angustia me causa…
…fuera ver a Taneda pugnar por convertirse en un adulto hecho y derecho…”
Taneda es un soñador, reflexionando sobre la vida encima de su moto y componiendo canciones en su diario medio vacío. Tomando decisiones precipitadas y de sopetón, nos es tan misterioso y extraño como le es a Meiko. Taneda no quiere vivir conformándose, pero es tan difícil no rendirse…
“Vivir haciendo trabajos puntuales, sin un compromiso estable, es muy cómodo. El miedo a no poder dar marcha atrás se apodera de mí…
…siempre que me dispongo a hacer algo en serio. Conforme pasa el tiempo, las opciones disponibles decrecen. Me hago mayor, desde luego”
Billy se siente atrapado en un pasado que ya no le pertenece ni le deja avanzar. Kato mira la foto de su currículum y cree que ni él mismo se contrataría, y Kotani no quiere ser dependienta para siempre, pero “por ahora” está bien. Todos están de alguna manera frustrados, asustados…pero todo esto desaparece cuando tocan alguna de sus canciones. Taneda es pura pasión con la guitarra, y Meiko cree no conocerlo esos minutos que le dan la vida delante del micro.
Es la historia de una generación, de una etapa o de un tipo de persona. Sea como sea, es una historia universal que no importa que se haya contado ya muchas veces, Solanin no es prescindible. ¡Para muchos se considera uno de los mejores mangas del 2014! Y a pesar de todo, a pesar de ser triste, no es oscuro. ¿Qué hay después de esta etapa gris? En Solanin no hay una resolución que nos dejará dormir por las noches, hay lo que hay; la vida y su realidad. Un giro de los acontecimientos cambiará la vida de todos estos chicos, sobre todo de Meiko. Y la nuestra también un poco, al menos por unos segundos.
¿Por qué “Solanin”? “Solanin” es el título de una canción. La canción. Pero también es un momento en la vida de todos ellos y todos nosotros. Con un dibujo tierno y muy bien hecho, este manga os hará empatizar con sus personajes, tan reales como vosotros. Además, el estilo de Asano es tan pausado como la historia, con escenas de calles de Tokio y vecinos locos que hacen gimnasia con monos.
Desde luego Solanin ha pasado a ser una de mis lecturas favoritas de este año.